domingo, 9 de mayo de 2010

Shine on


Yo no sé como será el tiempo por ahí, pero aquí en Zaragoza el sol parece que no quiere salir ni a patadas (hoy ha salido a eso de las seis y media-siete). Tuvimos un abril que más que abril parecia junio y en el que porfín pude sacar a pasear mis gafas de sol después de todo el invierno descansando en la encimera de mi habitación.

Tengo una extraña obsesión con las gafas de sol. No puedo pasar por delante de una óptica sin parar a mirar el escaparate y pensar "Las quiero!". Tampoco puedo entrar a ninguna de estas tiendas de bisutería barata en las que venden gafas por 15 euros máximo porque me las compraría todas! Y sí, lo sé; esas gafas son lo peor para los ojos, pero las cuestión es tener gafas. Mi obsesión por las gafas de sol comezó cuando vi unas Ray-Ban Wayfarer como estas:


No paré hasta encontrarlas en unos puestos del paseo marítimo de Cádiz, una vez compradas decidí regalárselas a una amiga. (Lo que no sé es cómo pude)
Las segundas gafas de las que me enamoré fueron estas de Sonia Rykiel

Desde entonces, cada vez que puedo me pruebo unas gafas redondas, y digo pruebo porque en realidad no me quedan bien. Tengo unas redondas de Mango pero son más grandes.
Mis nuevas obsesiones en lo que a gafas de sol se refiere son las Nico de Tom ford, las Endurance de Carrera en verde militar y definitivamente las gafas de Alex Wang de orejas de gato (que tienen que sentar mal a todo el mundo pero son una monada)

Pero seguramente mis próximas adquisiciones sean las clásicas Aviator o unas Wayfarer celestes o moradas de Ray-Ban o no.



xxx. M

1 comentario:

Igua dijo...

No sé, yo que no soy una entendida, pero las gafas del tipo de éstas de oreja de gato me recuerdan a las típicas de las abuelas que dicen oioioioioi cuando se enteran de algún cotilleo... jajaja
Por cierto, ¡tu blog mola! Pero me he traumatizado con la niña del pelo gris y el lazo gigante en la cabeza.